La experiencia danesa demuestra que, con una política energética persistente y activa centrada en la mejora de la eficiencia energética, es posible mantener un alto nivel de crecimiento económico y reducir al mismo tiempo la dependencia de los combustibles de origen fósil y proteger el medio ambiente.
En lo que se refiere a la producción, Dinamarca es uno de los países con una utilización de energía más eficiente en comparación con otros estados miembros de la UE y países de la OCDE. Esto también se aplica a las emisiones de CO2 en relación con la producción. Aunque su consumo de energía es relativamente bajo, Dinamarca destaca entre los países de la UE y la OCDE por la reducción continua de su dependencia energética y de las emisiones de CO2. Por ello, en el contexto internacional, Dinamarca pertenece a un grupo de países con una intensidad energética y de CO2 relativamente baja. Asimismo, en los últimos 25 años, ha conseguido reducir la intensidad energética y de CO2 por encima de la media.
Desde 1980, la economía danesa ha crecido en un 78%, pero el consumo energético se ha
mantenido constante y las emisiones de CO2 se han reducido. Este desarrollo refleja un aumento en la eficiencia energética y de CO2. La mayoría de países han experimentado un aumento subyacente de la eficiencia energética y de CO2, pero el aumento danés es de los mayores en el área de la OCDE.
Asimismo, la composición del consumo de energía en Dinamarca ha cambiado significativamente como consecuencia de las políticas energéticas creadas para promover el uso de energías renovables. Hoy en día, la energía renovable representa más del 19% del consumo final de energía.1 Esto ha mejorado la garantía de suministro de energía y ha contribuido significativamente al cumplimiento de los objetivos climáticos de Dinamarca. De 1990 a 2007, la actividad económica danesa aumentó en más del 45%, mientras que las emisiones de CO2 (ajustadas para tener en cuenta las fluctuaciones climáticas y el intercambio de electricidad entre países) se redujeron en más del 13%. Este documento describe cómo Dinamarca ha conseguido preservar el crecimiento económico y al mismo tiempo mantener el consumo de energía prácticamente al mismo nivel y reducir las emisiones de CO2.
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